México está huérfano de oposición, lo que tenemos no es una fuerza política que resista, que proponga, que pelee por el país; lo que tenemos es un circo de comparsas, una farsa protagonizada por el PAN, el PRI, los restos moribundos del PRD y el oportunista MC, partidos que se atreven a llamarse defensores del pueblo, no son más que actores secundarios en el guion del poder, títeres que gesticulan, gritan y fingen indignación mientras Morena, con su maquinaria implacable, avanza sin freno, aprobando leyes, imponiendo reformas y consolidando un status quo que ellos, los supuestos opositores, no tienen ni la capacidad ni las agallas de desafiar. ¿Dónde están los verdaderos políticos? ¿Dónde los estadistas que México clama con urgencia? Porque lo que vemos es una oposición que no opone, que no prevé, que no actúa; una oposición que, en su ineptitud y cobardía, se ha convertido en cómplice del desastre y si no pueden con la encomienda, que renuncien, que dejen el espacio a otros que sí estén dispuestos a luchar, a romper el molde, a enfrentar de verdad el régimen que Morena representa.
Ser oposición no es solo señalar lo que está mal, no es llenar las redes con tuits incendiarios, ni subir a la tribuna a soltar discursos que suenan valientes pero que no cambian un ápice la realidad, ser oposición es prever, anticiparse, construir estrategias que desarmen al adversario antes de que actúe, cabildear con inteligencia, sentarse con los diputados y senadores de Morena —aunque el orgullo duela— para negociar, para pelear cada línea de las propuestas, para mitigar el daño o mejor aún, para integrar cambios que sirvan al país, pero el PAN, el PRI, el PRD y MC no saben hacer nada de esto, no saben ser políticos, no saben negociar, no saben cabildear, no entienden el sentido de trabajar, hacen como que hacen, montando un espectáculo de resistencia que no resiste, que no propone, que no transforma, sus líderes, más preocupados por el reflector que por el bien común, se limitan a criticar lo evidente, a repetir lo que todos ya sabemos: que Morena abusa, que sus políticas fallan, que el país se hunde ¿Y luego? Nada, las leyes que critican se aprueban, las reformas que dicen abominar se concretan y ellos, los autoproclamados salvadores, se retiran a planear la próxima entrevista, el próximo acto de simulación, mientras el régimen consolida su control.
El PAN, que alguna vez se jactó de liderar la transición democrática, es hoy un cascarón vacío, atrapado en una obsesión por recuperar el poder sin merecerlo, con líderes que no tienen visión, no tienen estrategia, no tienen coraje, prefieren las posturas cómodas, los discursos que encienden a sus bases pero que no incomodan a Morena, ¿Cuándo fue la última vez que el PAN propuso una alternativa sólida, que negoció con astucia en el Congreso, que movilizó a la sociedad más allá de sus simpatizantes? su estrategia es esperar que el gobierno tropiece, mientras ellos aplauden su propia retórica, no saben trabajar, no saben pelear, no saben ser oposición, si no pueden, renuncien.
El PRI, reducido a un fósil político, es una vergüenza, desgastado por décadas de corrupción y desprestigio, no tiene autoridad moral ni fuerza para ser oposición, sus líderes, más interesados en salvar sus privilegios que en defender al país, se han resignado a ser un apéndice de Morena, en el Congreso, sus votos a menudo se alinean con el régimen en los momentos clave, traicionando cualquier pretensión de resistencia, ¿Cabildeo? ¿Propuestas? ¿Estrategia? El PRI no conoce esas palabras, su única meta es sobrevivir, aunque sea como un cadáver político que nadie respeta, no saben negociar, no saben construir, no saben trabajar, si no pueden, renuncien.
El PRD, o lo que queda de él, es una caricatura patética, reducido a un puñado de oportunistas que se aferran a las migajas del presupuesto, ha renunciado a cualquier ideal que alguna vez lo definió, sus líderes, incapaces de articular una visión para el país, se limitan a seguir la corriente, a sumarse al coro de quejas sin ofrecer nada nuevo, ¿Dónde está la izquierda combativa que alguna vez representó? enterrada bajo el peso de su propia irrelevancia, no saben pelear, no saben liderar, no saben trabajar, si no pueden, renuncien.
Y luego está MC, el partido que vende una falsa modernidad, que se presenta como la opción fresca pero que no es más que un oportunista sin principios, MC no opone; negocia favores, se alinea con quien le convenga, juega a ser oposición cuando le sirve y cómplice cuando le beneficia, no tiene una visión para México, solo una ambición por mantenerse relevante. ¿Propuestas serias? ¿Estrategias para frenar a Morena? MC no tiene interés en eso, su único objetivo es mantenerse en el juego, sin importar el costo para el país, no saben construir, no saben cabildear, no saben trabajar, si no pueden, renuncien.
Peor aún, estos partidos han traicionado a la sociedad, ¿Dónde está el liderazgo que despierte a un pueblo adormilado? ¿Dónde las propuestas que convoquen, que movilicen, que hagan que los ciudadanos exijan un México mejor? No existen dentro de esos partidos, esa oposición no inspira, no une, no liderea, se limita a alimentar la apatía, a proyectar una impotencia que se contagia como un virus, no sacuden las calles, no llaman a la acción, no encienden la chispa que México necesita para levantarse, les encanta el confort de sus oficinas, la seguridad de sus curules, la facilidad de un tuit que no compromete y mientras tanto, Morena avanza, invicto, porque la oposición que debería frenarlo está demasiado ocupada mirándose el ombligo, contando likes, planeando la siguiente declaración vacía.
Esto no es oposición; es complicidad disfrazada de resistencia, cada día que el PAN, el PRI, el PRD y MC pasan sin prever, sin cabildear, sin trabajar, están dejando que Morena consolide su status quo, que el país se hunda más, comparsas del poder, actores de un teatro que engaña al pueblo con la ilusión de una resistencia que no existe, México merece más, merece líderes que entiendan que el poder no se enfrenta con berrinches, sino con estrategia; que el cambio no llega con discursos, sino con acción, estadistas que se ensucien las manos en el Congreso, que negocien con astucia, que propongan con inteligencia, que peleen por el bien común aunque el reflector no los siga, esta oposición inútil, no sabe ser política, no sabe negociar, no sabe cabildear, no entiende el sentido de trabajar, no está a la altura.
Si no pueden con la encomienda, que renuncien, dejen el espacio a otros que sí estamos dispuestos a luchar, a romper el molde, a enfrentar de verdad el status quo que Morena impone, cedan el paso a quienes entiendan que ser oposición es un compromiso con México, no un juego de egos, porque mientras tengamos esta oposición fantasma, este cuarteto de partidos que hace como que hace sin hacer nada, el país seguirá pagando el precio de su mediocridad, de su cobardía, de su traición.
¿Hasta cuándo, señores del PAN, del PRI, del PRD, de MC? ¿Hasta cuándo seguirán simulando mientras México se desangra? El tiempo se agota y la historia no perdona a los que se quedaron en los gritos, a los que prefirieron ser comparsas en lugar de líderes, renuncien o luchen, pero dejen de engañar a México.