A medida que nos acercamos al umbral el día de mañana de las elecciones estadounidenses de 2024, la incertidumbre y expectación crece no solo entre los ciudadanos de Estados Unidos sino también en aquellos países cuyo destino se halla intrínsecamente ligado a la política y economía norteamericanas, México, como vecino y socio, se encuentra en una posición única, expectante de los resultados que podrían traer a Donald Trump de vuelta al Escritorio de la oficina Oval o inaugurar la era de Kamala Harris en la Casa Blanca.
Esta dualidad de posibles futuros invita a una reflexión profunda desde una perspectiva conservadora católica en México: ¿Cuáles son nuestras expectativas y preparaciones ante dos visiones tan distintas para EEUU y por consiguiente, para la relación con nuestro país?
Bajo la Administración Trump, Retornando a Aguas Navegadas
La presidencia de Trump estuvo marcada por una fuerte postura en temas de inmigración y seguridad, promoviendo políticas que enfatizan la construcción de barreras físicas y la implementación de medidas restrictivas para el cruce fronterizo, para México, esto significó una presión constante para manejar las caravanas migratorias y atender las demandas estadounidenses de mayor control migratorio, desde un punto de vista conservador católico, la potencial retorno de Trump al poder demandaría un reenfoque en la protección de los más vulnerables, la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, México tendría el deber moral de abogar por políticas que, si bien respeten la soberanía y el derecho a regular las fronteras, también reflejen el amor cristiano hacia el prójimo, especialmente hacia aquellos que huyen de la violencia y la pobreza.
El T-MEC, logro significativo de la administración Trump desde la perspectiva económica, ha traído beneficios y retos, un segundo mandato de Trump podría significar una continuación de políticas económicas favorables en términos de comercio; sin embargo, también podría exponer a México a presiones para ajustar aún más sus propias políticas económicas y laborales a las expectativas estadounidenses.
México debería prepararse para proteger sus intereses económicos, promoviendo un desarrollo que sea inclusivo y que fortalezca el mercado interno, en línea con los principios de la enseñanza social católica sobre el bien común y la justicia social.
Bajo la Presidencia de Kamala Harris, Navegando hacia Nuevos Horizontes
Con Kamala Harris, se esperaría una administración que ponga un mayor énfasis en temas de derechos humanos y justicia social, aunque esto podría representar una oportunidad para México en áreas de cooperación bilateral, especialmente en temas ambientales y de derechos laborales, también podría presentar desafíos en cuanto a la política social y los valores tradicionales que México, desde una perspectiva conservadora católica, ha sostenido históricamente, sería crucial, entonces, que México dialogue abiertamente y defienda sus principios, buscando puntos de encuentro sin ceder en aquellos aspectos fundamentales de la fe y la moral católica, especialmente en temas de vida, familia y libertad religiosa, lamentablemente el gobierno actual de Claudia Sheinbaum se pone en línea completa con los postulados ideológicos de la actual vicepresidenta
Una administración Harris probablemente priorizaría la lucha contra el cambio climático, abriendo espacio para una colaboración más estrecha con México en proyectos ambientales y de energías renovables, este enfoque compartido en la protección del medio ambiente ofrece un terreno fértil para la cooperación, siempre y cuando se respete la soberanía nacional y se promueva el desarrollo sustentable que beneficie a ambas naciones sin comprometer los recursos naturales y la biodiversidad de México.
El Rol de México Frente a Ambos Escenarios
Independientemente de quién resulte victorioso, México tiene la oportunidad de reafirmar su soberanía, defender sus valores y principios y buscar el bien común de su población, enfrentando desafíos tanto viejos como nuevos, la nación debe centrarse en fortalecer sus instituciones, promover una mayor justicia y equidad social y participar efectivamente en el escenario internacional defendiendo sus intereses nacionales con firmeza y dignidad.
Un Futuro de Esperanza y Soberanía
Las elecciones estadounidenses de 2024 representan más que la elección de un nuevo líder en nuestro país vecino; simbolizan un momento de reflexión y potencial reajuste para México en su totalidad, frente a la posibilidad de un retorno de Trump o el inicio de la era Harris, México debe permanecer fiel a sus raíces conservadoras católicas, defendiendo la vida, la familia y la libertad, mientras se abraza el llamado a un desarrollo más justo y sostenible para todos sus ciudadanos.
En este momento decisivo, nuestra nación tiene el deber de mirar hacia adelante, preparada para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades, guiada siempre por los principios inmutables de nuestra fe y la inquebrantable defensa de nuestra soberanía.